Octubre 11, 2005

El Abuelo

El Abuelo 1

Guillermo estaba arreglando su auto, sacó una tuerca, se le cayó y se fue rodando hasta un rincón del garaje; se agachó y se puso a buscarla pero no aparecía.

Corrió unos cajones viejos y ... ¡qué sorpresa! atrás de ellos había un gran baúl.

Lo quiso abrir y no pudo, estaba herrumbrado, hacía mucho tiempo que nadie lo abría.

Fue a buscar un martillo y un destornillador y por fin pudo abrirlo.

¡Qué lindo todo aquello! eran recuerdos de su abuelo.

Una escafandra vieja y oxidada fue lo que más le gustó, el traje de buzo también estaba allí.

Su abuelo había sido buzo y había guardado en aquel baúl sus recuerdos más queridos.

El Abuelo 2

Un sobre con una vieja moneda que decía algo que el no entendió y una esquela "del barco pirata hundido en las costas de Castillos".

Siguió revolviendo, un viejo mapa arrolladito atado con una cinta roja que se deshizo al tocarla ¿Sería acaso de un tesoro escondido?

Luego sacó una brújula que decía "de mi amigo el capitán Bonster"

¡Un timón! Guille lo agarró y empezó a jugar, miraba la brújula para saber a donde se dirigía y movía el timón para ir hacia el este.

Al fin llego en sus juegos a la costa de Castillos donde se había hundido el barco de donde venían esos tesoros. Se puso la escafandra y bajó a buscar el barco igual que lo había hecho hace años su abuelo.

Allí estaban los restos del barco, en una tabla quedaba aún restos de pintura que decían "La Porteña", cuando se disponía a seguir buscando ... ¡Guille, Guillermo! su mamá lo llamaba, se acabaron sus sueños, era la hora de comer.

Al otro día al volver de la escuela fue rápido a buscar el baúl.

¡Qué lindo aquel timón! lo miró con atención para ver si decía a que barco había pertenecido, pero solo tenía unos números. También encontró un viejo farol, un plato y un cuaderno con la misma numeración.

El Abuelo 3

Abrió el cuaderno con mucho cuidado pues sus hojas estaban amarillentas y quebradizas.

Estaba leyendo y oyó de nuevo la voz de su mamá, guardó todo con cuidado y se fue.

Pasó todo el día pensando en la hora de volver a su casa para seguir la lectura.

Cuando por fin tuvo el libro en sus manos continuo leyendo.

No lo podía creer, allí estaban relatadas todas las aventuras de su abuelo.

De pronto a Guillermo le temblaron las manos y empezó a llorar.

Aquel número que le había llamado tanto la atención era su fecha de nacimiento, 5 de noviembre de 1976.

Así le había puesto su abuelo al barco que tanto quería - 51176 -

¡Gracias abuelo! dijo en voz muy baja, siempre estarás conmigo.

El Abuelo 4

Ilustraciones de la autora.

Escrito por hijos en: Octubre 11, 2005 08:23 AM | TrackBack
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